jueves, 28 de septiembre de 2017

Esclavos

 
 TEXTO PERIODÍSTICO

Esclavos
 
Ningún imperio se ha hecho sin eslavos. Egipto y Mesopotamia dominaron grandes territorios e impusieron su hegemonía gracias a un genio que, en vez de pasar a cuchillo al enemigo después de la victoria, pensó que era mucho más rentable respetarle la vida, hacerlo prisionero y condenarlo a trabajar como esclavo hasta la muerte. El latido de la Historia comenzó a exigir esta carne humana cada vez en mayor cantidad para erigir templos a los dioses y morir en los campos de batalla. Fueron sus esclavos los que permitieron a los griegos y romanos tener tiempo libre crear la democracia y el derecho mientras ellos levantaban el Partenón y el Coliseo a golpe de látigo. Los romanos creían que la familia estaba protegida por los dioses lares, pero en realidad los dioses lares eran los propios esclavos sin los cuales resultaba imposible mantener el fuego sagrado del hogar. Aun hoy la falta de criados es la que ha destruido a la familia burguesa. El Papado tuvo esclavos mientras ejerció el poder temporal y el negrero fue la figura crucial del siglo de oro español e inglés, la correa de transmisión de la conquista de América. Tampoco en nuestros días se puede desarrollar un imperio hegemónico sin la esclavitud. Hoy la carne humana más barata se halla en China y en la India. Son más de 1.500 millones de seres dispuestos a ser sacrificados al dios del mercado a cambio de una ración de subsistencia, la necesaria para seguir trabajando. Norteamérica aún es asaltada por las oleadas de hambrientos hispanos que suben desde el fondo de los países del sur a ofrecerse como carne de cañón. Alemania, el motor de la economía europea, solo tiene la cantidad ridícula de 80 millones de habitantes para hacer frente a esa infame necesidad de empujar la Historia hacia adelante. Europa no puede hacer nada porque carece de esclavos y si los hay son todos renuentes a humillar la cerviz, acostumbrados al bienestar social y a toda clase de derechos humanos. ¿Dónde están los esclavos italianos, franceses, ingleses, escandinavos y españoles? En este momento los está fabricando la crisis económica. Si por casualidad oyes sonar de noche las trompetas del Apocalipsis, deberás saber cual es su pérfido augurio: solo si te conviertes en esclavo podrás sobrevivir.
 
 Manuel Vicente, El País, marzo 2012.

Cuestiones:

1. Organización de ideas. Tipo de estructura.
2. Tema y resumen.
3. Comentario crítico.
 
Texto semejante en la red:
 
Para levantar las pirámides fue suficiente un gran geómetra, pero se necesitaron infinitos latigazos. En el año 447 antes de Cristo en la acrópolis de Atenas un paseante se acercó a un picapedrero y le preguntó: "¿Quién eres?". El hombre le contestó: "Soy un esclavo griego que está levantando el Partenón". Toda la filosofía que se elaboró en Grecia no habría sido posible si Sócrates y Platón, después de pasar el día en el ágora parloteando dentro de una sábana, al volver a casa no hubieran encontrado la comida en la mesa. Los romanos veneraban a los dioses lares como protectores de la familia cuyo fuego sagrado ardía de forma perenne en el hogar. Se ha tardado veinte siglos en saber que los dioses lares eran los criados. Cuando éstos desaparecieron la familia quedó desestructurada. Hoy se ha recompuesto en torno al frigorífico. Nunca ha habido imperios sin esclavos. Todos los coliseos, acueductos, calzadas, murallas, castillos y catedrales se elevaron sobre musculaturas humanas sometidas a un ideal. Debajo de una gran epopeya siempre hay una gran ignominia. El imperio español iba directo hacia Dios, pero antes hubo que cazar negros a lazo, llevarlos a América y someterlos a trabajos forzados. Inglaterra era la dueña del mundo mientras en sus minas de carbón en el siglo XIX todavía trabajaban niños 16 horas diarias, lo que permitía a la aristocracia británica fundar todos los deportes y tomar el té rizando el meñique. En Estados Unidos fue abolida la esclavitud por Lincoln en 1862, pero son millones aún las hormigas sin papeles que duermen en sótanos clandestinos de la ciudad sometidas a la servidumbre de alargar la mano y agachar la cabeza. Generalmente se considera que el imperio de Norteamérica, que muerde más de lo que puede tragar, se halla en la fase final de su curva histórica. La civilización que más esclavos tenga será la que asuma el protagonismo del siglo XXI. El espectáculo de la apertura de los Juegos Olímpicos de Pekín fue la demostración ante el mundo de que China está preparada para recoger el testigo. Son 1.300 millones de habitantes, de los cuales la mitad son abejas obreras del Estado. Si la esclavitud, bajo diversas formas, ha hecho la historia, vaya usted tomando nota.

 
 
 

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