viernes, 19 de noviembre de 2010

COMENTARIOS CRÍTICOS "Fue una clara tarde ..."


Comentario crítico 1. Laura Cabeza Vega. 2º Bachillerato A (Curso 2010/11)

Nos encontramos ante un texto poético de género lírico: se trata del poema “Fue una clara tarde, triste y soñolienta…” de Antonio Machado, incluido en Soledades, libro publicado en 1903 y que después se amplió con el título Soledades. Galerías. Otros poemas (1907). Su autor es uno de los poetas más destacados de la literatura española. Perteneciente a la Generación del 98, suele relacionarse con la corriente del Modernismo, aunque no toda su obra se inscribe en este movimiento. Murió exiliado en Francia en 1939.

El tema principal del poema es la evocación de un amor pasado. El yo poético se presenta como un hombre que ha olvidado, y la capacidad de recordar es atribuida a una fuente, que de este modo, a través de la personificación, se convierte en una parte de la conciencia del protagonista. El amor sobre el que habla la fuente fue amargo: “-Yo no sé de leyendas de antigua alegría, /sino historias viejas de melancolía…” y podríamos interpretar que ese dolor es el que hace al yo poético querer dejarlo en el olvido, cosa que le resulta imposible.

El poema desarrolla una narración en la que el protagonista entra en un parque, se encuentra con la fuente y después sale. Es de gran importancia la descripción del paisaje, sobre el que se realiza una proyección del estado de ánimo del yo poético. Así, el parque es descrito como un espacio cerrado y solitario, con un ambiente muy próximo al romanticismo, lo que lo hace un lugar propicio para la expresión del sentimiento. Asimismo, el momento del día en el que sucede lo descrito es la tarde, símbolo del fin, de la cercanía de la muerte, muy empleado por Machado, y que aquí podríamos enlazar con el sentimiento de tristeza (“Fue una clara tarde, triste y soñolienta””La tarde muerta”). El léxico empleado, que se constituye principalmente de adjetivos, describe el ambiente melancólico y oscuro, a partir de numerosos recursos estilísticos, como la sinestesia: “agrio ruido”, “golpeó el silencio”, etc. El sonido de la fuente, por su parte, que representa la memoria, es descrito como algo monótono y eterno: “la fuente sonora,/del parque dormido eterna cantora.”

El texto, como ya fue indicado, pertenece al libro Soledades, una colección de textos en los que predominan las emociones íntimas, el dolor, los recuerdos, la melancolía y la exploración de los caminos interiores del alma.


Comentario crítico 2. Miguel García Ortegón. 2º Bachillerato A (Curso 2010/11)

“Fue una clara tarde, triste y soñolienta...” es un poema escrito por Antonio Machado e incluido es Soledades (1903), en el que el autor nos introduce en un momento de solitaria y melancólica reflexión personal, a través del imaginario diálogo con una fuente en un parque.

En el texto predomina el léxico descriptivo y sentimental: los elementos físicos a los que se hace referencia con el primero son relacionados con las emociones de las que el segundo da parte. Es a esto a lo que se llama (Esta característica se denomina) proyección del estado de ánimo en el entorno, muy frecuente en Machado.

Por otra parte, en función de la fase introspectiva que tenga lugar se pueden diferenciar tres modelos distintos que se suceden:

Primero, una introducción. El poeta abre con una llave la cancela del parque hasta hace un momento cerrado. Ésta se encuentra mohosa, en alusión a que nos estamos deslizando a un lugar de la memoria que hacía tiempo no era visitado, a un pasado lejano (,) casi olvidado. Este lugar es el parque, elemento delimitado e íntimo, idóneo para la expresión de sentimientos. Por lo tanto, ya se ha presentado la situación espacial.

Con respecto a la temporal, al autor acude una vez más a su momento favorito del día: la tarde (símbolo de tristeza, ocaso y muerte), que seguirá apareciendo en el resto del poema, acompañada de diferentes adjetivos: clara, triste, soñolienta, lenta, muerta... Por cierto, nos encontramos en verano.

Por último dentro de este primer apartado, es mostrada (se muestra) la fuente de la que más tarde beberá el poeta, protagonista del segundo momento de la narración lírica.

Ésta constituye el diálogo con la fuente sobre antiguos recuerdos (probablemente de niñez) que ella canta con notas de agua, y en los que la voz poética busca la alegría perdida. Aparecen distintos elementos del pasado, a modo de fugaces “flashes” fotográficos: “mirtos talares”, “fruto maduro” en la rama, “fruta bermeja” del árbol...

La penúltima estrofa, a modo de enlace con el incipiente final, es una despedida de la fuente, pues ella tampoco puede borrar la melancolía que el autor sufre, sino que “su monotonía es más amarga” todavía y no puede ofrecer consuelo.

En tercer lugar, en la última estrofa el poeta sale del parque y cierra finalmente (se puede entender que desencantado) la cancela de su memoria entre chirridos. Se cierra así el ciclo anímico-reflexivo de búsqueda interior de Machado. El último elemento mencionado es el “silencio de la tarde muerta” en alusión probablemente a la soledad, que es lo único que permanece y queda.

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